A través de diversas estadísticas y datos recopilados a lo largo de los años, los científicos han notado una extraña tendencia conocida como 'efecto soldado que regresa,' donde nacen más niños varones durante una guerra. Esto se notó por primera vez en 1954, durante Segunda Guerra Mundialcon respecto a los niños blancos nacidos en Estados Unidos. Desde entonces, los países que han experimentado guerras han seguido la misma tendencia.
No, esto no es una loca coincidencia, sino un fenómeno bien establecido. Sin embargo, nadie ha podido encontrar una explicación globalmente aceptada de por qué sucede esto o incluso cómo. El proporción de género siempre se ha inclinado más hacia los hombres: nacen alrededor de 104 niños por cada 100 niñas cada año.
Un informe señala que los soldados que regresaron de la guerra engendraron una cifra récord de 1,1 millones de hijos en 1920, la cifra más alta del siglo. Esto es válido no sólo para Gran Bretaña o Gales, sino también para países como Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca y los Países Bajos, que experimentaron un aumento en la proporción de niños y niñas recién nacidos en los años posteriores a las guerras mundiales.
Sin embargo, el pastor JP Süssmilch notó esta tendencia ya en el siglo XVIII. Revisó los registros parroquiales y descubrió que, de hecho, nacen más niños que niñas en tiempos de conflicto o guerra. Consideró que esto era una intervención divina, creyendo que Dios estaba equilibrando la balanza al compensar el número de hombres que murieron en la guerra. Esta teoría, sin embargo, no resistió la prueba de la lógica y la ciencia.
Otra teoría se basa en un informe fascinante: entre los soldados británicos, los que murieron en el campo de batalla eran más bajos que los que sobrevivieron y regresaron a casa. En promedio, los soldados supervivientes eran una pulgada más altos que los soldados caídos. Según el psicólogo Satoshi Kanazawa, las personas más altas tienen más probabilidades de tener hijos varones que los padres más bajos. Esta teoría implica que existe una conexión entre el exceso de niños nacidos durante e inmediatamente después de las guerras mundiales y los hombres más altos que participan en la procreación.
El estadístico Bill James ofrece otra teoría, que depende del momento de la concepción. Si una mujer queda embarazada en una etapa más temprana de su ciclo, tiene una probabilidad ligeramente mayor de dar a luz a un niño. Cuando los soldados regresan de la guerra, a menudo participan en actividades sexuales, lo que puede llevar a que las mujeres queden embarazadas en una etapa más temprana de sus ciclos. Si bien estas variaciones son casi insignificantes en casos individuales, pueden marcar una diferencia significativa cuando se analizan cientos de miles de embarazos.
Estas son meras teorías, ya que todavía tenemos que ponernos de acuerdo sobre por qué existe tal patrón a nivel mundial. Más investigaciones y estudios en este campo pueden ayudar a llegar a una conclusión en el futuro.
